Introducción
La economía dominante contemporánea ha cambiado más bien poco en los últimos siglos, teniendo buenos resultados en el ámbito de acumulación de la riqueza, tecnología, entre otros, pero teniendo una gran suma de críticas relacionadas a la repartición de la riqueza, cuidado de la persona y la naturaleza. Especialmente es interesante la tesis que critica a una teórica economía que contempla una –posible- riqueza infinita en un mundo de recursos finitos. Por esta y otras razones, a lo largo de los años se han planteado otras alternativas o visiones de la economía.
En el ensayo se abordarán principalmente temas relacionados a esta “Otra visión de la economía”, como lo son algunos “Principios de la Gran Transición”, un fenómeno propuesto para “Democratizar la Economía” y una solución a problemas económico-sociales: “Innovación Social”.
Primeramente, veremos una descripción y a posteriori en la sección de Argumentación, una más detallada discusión alusiva a cada tópico.
Un principio fundamental que aporta diferencias con la actual economía es el hecho de poner a escena una “Economía de Suficiencia” más que de “Crecimiento”, mencionado en «Los principios de la Gran Transición», (s.f.). El texto también complementa esto con un sistema financiero que tiene un bien social por objetivo principal, un modelo alimentario local con cadenas productivas y un mercado solidario, soluciones alternativas energéticas a los combustibles fósiles, un método que promueva la justicia social y gestione la riqueza de una manera colectiva. Por otro lado, asume que la gran transición debe tener como centro de preocupaciones al humano y al planeta en un entorno plural, sustentable, endógeno, saludable, colaborativo, colectivo y democrático. («Los principios de la Gran Transición», s.f.).
En sintonía con la priorización del humano para una gran transición, encontramos una economía social y solidaria, que propone actividades a partir del compromiso ciudadano, este fenómeno es conocido como “Democratizar la Economía”. (“Democratizar la Economía”, s.f.)
Sus fundamentos involucran: “La Inclusión Social”, “Respuesta a nuevas Necesidades sociales”, “Reforzar el Capital Social” y “Crear Nuevos Mercados y Empleos”. (“Democratizar la Economía”, s.f.)
Además de poner a debate conceptos tan comunes como someramente conocidos; tal es el caso de la riqueza y su noción, la moneda y su papel económico, la mundialización depredadora, la competencia como motor económico y la destrucción del Medio Ambiente. Cuyas preliminares soluciones involucran la redistribución, reciprocidad y adhesión de la riqueza al margen de un estado y mercado, que controle los fenómenos macroeconómicos, mediante nuevas formas de ciudadanía (compromisos ciudadanos), donde la autorregulación democrática y ciudadana predomine al estado y mercado. (“Democratizar la Economía”, s.f.)
Lacónicamente, sintetiza sus principios -Economía Democrática- (ED) en la Gestión, Mediación y Regulación de la producción y consumo de bienes y servicios, en oposición a una economía pluralmente definida por las “leyes del mercado” y “estatutos económicos del estado” (“Democratizar la Economía”, s.f.).
Para resolver estas diferencias y poderlas aplicar gradual y efectivamente, es necesario considerar un método de resolución: “Innovación”, aplicado a los problemas no satisfechos en las agrupaciones humanas y económicas: “Social”. (Qué es la innovación social?, s.f.)
Generar ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas que ayuden a reemplazar la gestión del poder y ayudar al humano a organizar los recursos, autonomizando a los individuos, siendo motor de la economía para una verdadera transformación social es el fin de la innovación social. (Qué es la innovación social?, s.f.)
Argumentación y Desarrollo
En lo referente a los principios de la gran transición;
Es sumamente cautivador la comparación entre las economías bien conocidas de crecimiento, contra una economía de suficiencia. En lo particular creo que la implementación correcta o fallida de esto depende más de la parte filosófica y hasta evolutiva de las sociedades y la misma raza humana. Puesto que, a pesar de ser una especie social, la competencia entre individuos y comunidades siempre ha existido y existirá mientras los recursos sean limitados, porque intrínsecamente nuestro instinto busca preservar sus genes, colaborando o superando a otros seres. Evidentemente nuestro raciocinio cambia un poco tal trascendental meta y entiende la cooperación como método de supervivencia, pero de una u otra forma, las razones que por cualquier circunstancia tengan mayor impacto serán las que definan cual economía persiste (competencia-crecimiento o cooperación-suficiencia).
Un caso visto y ejemplificado en la “vida real” es encontrado en la Economía de Suficiencia Tailandesa, la cual pregona una autosuficiencia económica, una filosofía de equilibrio para con la naturaleza y que distribuye justamente la riqueza. En teoría suena muy perfecto y ciertamente algunas políticas públicas han sido tomadas como soluciones en iniciativas globales (e.g. ONU), (Ministerio de Asuntos Exteriores – Ministerio de Asuntos Exteriores, Tailandia, 2018), más este sistema no ha sido inmune a críticas bien fundamentadas que aluden a una desigualdad desorbitante en estos sistemas, donde se adoctrina una felicidad dentro de una pobreza equitativa. (Giles Ji Ungpakorn, 2016)
En mi particular punto de vista, volviendo al contexto histórico de los orígenes de la economía encontraremos la respuesta, los pros y contras de las economías de suficiencias contempladas anteriormente:
La autosuficiencia y equilibrio con la naturaleza era el modus vivendi de nuestra sociedad primitiva. Evidentemente tenía un cuasi-nulo impacto medioambiental, (en consecuencia, de un desarrollo tecnológico bajo y una limitada población) una equidad social aparente (en los grupos de primates siempre han existido líderes/alfa tanto machos como hembras) y una sensata distribución de la riqueza. Pero a lo largo de los siglos la relación humana mutua fue haciéndose más compleja (la agricultura excedente tuvo algo que ver) y apareció la “división de tareas” (para obtener otros llamativos y deseados recursos/bienes) que avanzaba en la perfección de tareas por medio de la experiencia en una sola tarea y de las innatas habilidades de las personas. Lo que permitió el avance de la sociedad, además de la diversificación (nacimiento de la cultura, ocio, etcétera), en muchos casos el balance entre las necesidades básicas para con las nuevas actividades/tareas se llevaba a través del trueque o intercambio de servicios.
De la misma manera, a manera de síntesis en este tema, menciono que a pesar de ser una invaluable fuente de ideas para vivir en armonía con el medio y el resto de la sociedad, la “AUTO-suficiencia” va en sentido contrario a la “GLOBAL-ización” por lo que se deben adaptar inteligentemente las políticas que mejor se puedan implementar sin olvidar el factor competitivo humano (sociedades autosuficientes son vulnerables por obviedad ante sociedades en crecimiento –que por ello desarrollan más tecnología-), mitigándola mediante una ética social responsable.
De la misma forma en que la ética y las normas sociales desenlazan en políticas gregarias con el fin de contribuir a una óptima convivencia, la estructura y el tejido social crecen con el fin de organizar las sociedades en una manera más práctica, rápida y eficiente: Sistemas de Gobierno.
Aquellos que controlan los recursos (plutocracia), las ideas supersticiosas (teocracias), el poder (tiranía) o al pueblo (democracia). Predominantemente elegida como sistema ideal está la última descrita, por el eufemismo entendido de distribuir el poder en la toma de trascendentales opiniones dentro de grupos humanos, erigida hace siglos y a partir de entonces sólo modificada en formas y métodos; como ventaja ha tenido el aparente respaldo de la mayoría, la apertura a la crítica, una supuesta transparencia y un poder limitado temporalmente, por una estructura o división; es valuada como una columna muy necesaria para una economía regulada por el pópulo (ED).
Lamentablemente, a juicio personal, un gran dilema yace en –quizás- la palabra más vanagloriada en la política histórica: DEMOCRACIA.
Pues, el “poder del pueblo” raramente lo es, la democracia conserva su nombre, pero es regularmente una oligarquía, partitocracia u oclocracia (tiranía de las mayorías incultas). También, a manera de reflexión ¿qué poder se ejerce y a quién, si este es ejercido por todos?, evidentemente el poder nace para controlar y dirigir pueblos o agrupaciones, normalmente a partir de ciertas cualidades necesarias o adaptadas a un determinado contexto histórico. Pensando en esto y para consensuar ciertas ideas comunes de una manera equitativa, la democracia surgió para distribuir las decisiones en la sociedad directa o indirectamente.
Desafortunadamente, en palabras del presente autor, asumir que la “mayoría” puede elegir correctamente lo que es mejor para ellos mismos, la sociedad y la naturaleza es sumamente insensato. Históricamente los hechos han demostrado una deficiencia en elecciones, ya sea por engaños de más cultivados o por desconocimiento. Adicionalmente, como desde ancestrales años Platón mencionaba: “Las decisiones no deben ser resultado de la opinión de la mayoría pues muchas veces, esta es equivocada”, hoy en día es más evidente en cuestiones de tipo tecnológico o científico, donde la evidencia es objetiva, pero decisiones trascendentales pueden ser influenciadas por un pueblo poderoso y desinformado.
Ya Platón planteaba una aristocracia (gobiernos de los mejores) alias sofocracia (gobierno de sabios y virtuosos) alias tecnocracia-meritocracia (poder de los especialistas), que mitiga la ignorancia como origen de las decisiones, basándose en el método científico, cuantitativo, objetivo y con la razón de mejorar la sociedad a partir de estos factores. Si bien relegar las ciencias sociales disminuye un complemento fabuloso, también reduce los errores viscerales. Cierto es que nada es infalible, incluyendo esto, pero la probabilidad de fallo de alguien preparado y capacitado en cierta disciplina frente a alguien sin nociones es sumamente inferior.
Dicho esto, podríamos retroalimentar las ideas de la ED con una mejor planteada y estudiada (¿Economía Tecnocrática, quizás?).
Complementando esto último, me gustaría añadir una línea de ideas para democratizar la economía y que bien pueden ser analizadas-combinadas sin ser forzosamente elegidas por una mayoría desorientada:
Redistribución del ingreso: ¿Luchar eficazmente contra la pobreza o sencillamente aumentar impuestos y dividirlos? (Barceló, 2015)
Aumentar la participación ciudadana en decisiones de consumo e inversión: ¿Elegir proveedores justos y que satisfagan las necesidades o controlar/subsidiar los bienes? ¿Matematizar la economía o acercarla a la gente? (Barceló, 2015)
Las líneas de acción no son tan sencillas como apretar un botón y por lo tanto se requieren soluciones sensatas y objetivas, especialmente las innovadoras. Pues de estas surge la creatividad humana y la mejora.
Se puede innovar de tantas formas como ideas tenga la humanidad y esa constante retroalimentación construye vitales elementos para preservar la existencia humana y del equilibrio ecológico. Tampoco debe confundirse innovación con emprendimiento, pues el último tiene proactividad más carece de novedades, las cuales, pueden y deben ser chispa para la flama de otros.
CONCLUSIONES:
Los sistemas, vivos, fenomenológicos, naturales, sociales, humanos, etcétera, ocurren o persisten por alguna razón. Asimismo, los económicos y políticos, que han cambiado poco en consecuencia de una naturaleza humana, competitiva y hasta depredadora, por lo cual muchas fascinantes teorías han sido despreciadas y olvidadas.
Por esto, es necesario estudiar los orígenes y causas de los errores y fallos de todos los sistemas teóricos, para readaptarlos e implementarlos efectivamente.
Todos los humanos pensamos diferente y jamás podremos cambiar eso, con sus respectivas consecuencias ideológicas, políticas, religiosas o sociales. Más la unión frente a problemas comunes debe ser valuada con tal seriedad y resuelta con una responsable decisión. Personalmente, “ipsa olera olla legit” (haga cada cual, lo que sepa hacer).
Transiciones, diferentes puntos de vista y soluciones deben ser pasos a seguir para evolucionar hacia un mundo que balanceé la naturaleza para con la humanidad y la humanidad para con todos los humanos…
Y Sí, los tiempos contemporáneos quizás no tienen tiempo suficiente para hacerlo de forma gradual, pero intentar quebrar una inercia económica global sería tan desastroso como no hacer nada.
Así que, ¿qué nos queda sino actuar al menos en pasos lentos y firmes, pero inteligentes, esperando que la resiliencia nos ayude?
Referencias:
Los principios de la Gran Transición. (s.f.). Recuperado el 19 de mayo del 2019 de http://www.socioeco.org/bdf_dossier-1_es.html
Ministerio de Asuntos Exteriores, Tailandia. (2018). La filosofía de la economía de suficiencia de Tailandia: reflexiones de los participantes. Recuperado el 20 de mayo del 2019 de https://www.prnewswire.com/news-releases/la-filosof%C3%ADa-de-la-econom%C3%ADa-de-suficiencia-de-tailandia-reflexiones-de-los-participantes-819627318.html
Giles Ji Ungpakorn. (2016). Tailandia: ¡Ha muerto el rey Bhumibol, viva la república!. Recuperado el 20 de mayo del 2019 de: http://www.sinpermiso.info/textos/tailandia-ha-muerto-el-rey-bhumibol-viva-la-republica
Democratizar la Economía. (s.f.). Recuperado el 20 de mayo del 2019 de http://www.socioeco.org/bdf_dossier-3_es.html
Diego Barceló Larrán. (2015). ¿Qué es “democratizar la economía”?. Recuperado el 19 de mayo del 2019 de: http://economiaespanola.net/2015/06/05/que-es-democratizar-la-economia/
Qué es la innovación social?. (s.f.). Recuperado el 19 de mayo del 2019 de: http://www.socioeco.org/bdf_dossier-5_es.html